Archive for noviembre 2012

Una de las secciones más comentadas de Cine L'Atalante 1x02 fue sin duda Tropecines, en la que Miquel Tello (nuestro crítico de cine más destroyer aunque no por ello menos buena persona) nos hablaba de una trilogía totalmente apócrifa y sacada de la manga como es la Trilogía gafapasta, que más que películas engloba directores, géneros e incluso una manera particular de concebir el cine y la vida. Una trilogía que empieza con Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001) y que se extiende a algunas obras de Sofia Coppola y Darren Aronofsky.

El gafapastismo, o modernismo entendido no como el estilo artístico surgido a finales del siglo XIX sino como derivación del concepto moderno, en su definición más peyorativa, podría resumirse como esa filosofía vital que, aplicada a la moda, la música o en este caso el cine, consiste en ensalzar los valores de todo aquello que no está de moda, y que, paradojas de la vida y del lenguaje, se convierte automáticamente en moderno. Porque lo que está de moda es zafio, mainstream y para el populacho, mientras que lo que nadie conoce es refinado, cool y sirve para tirarte el folio en cualquier reunión social. Lo que es, no nos engañemos, el objetivo último de todo aficionado al cine.

Otra vertiente del modernismo, a nivel fílmico, es aplaudir las películas barrocas, excesivas, pretenciosas y pedantes precisamente por su barroquismo, su exceso, su pretenciosidad y su pedantería. No es casual, por tanto, que Miquel utilizara Cisne negro (2010) para atacar a Aronofsky, rebautizando su método de trabajo como "demasiada pasión por lo suyo" y a su película como "Réquiem por una bailarina anoréxica", utilizando además el argumento nada desdeñable de que "lo de la dualidad en el cine es más antiguo que el cagar, y la metáfora del espejo está muy vista. Así que hacer una película de dos horas con reflejos es pasarse". Nada que objetar ante semejante sentencia.

¿Y qué le pasa a Sofia Coppola? Pues que es una de esas directoras con un afán excesivo por la contemplación y la fragilidad rayana en lo ñoño, algo muy del gusto gafapasta pero que a nuestro amigo Miquel le parece cercano a la náusea. Para él, María Antonieta (2008) es básicamente una película de Kirsten Dunst mirando cosas "así como drogada" mientras suena música de New Order o los Strokes en pleno siglo XVIII. Parece que lo de la descontextualización de la banda sonora para crear un efecto de alienación no le salió bien esta vez a la hijísima de Francis Ford. Tampoco ayuda que previamente hubiera filmado Las vírgenes suicidas (1999), con una Kirsten Dunst ya "más contemplativa de lo normal", o incluso Lost in Translation (2003), aunque en aquella ocasión un Bill Murray más irónico que pasmado salvara la función.

En definitiva, que mejor que leerlo es escuchar la sección Tropecines del programa 1x05, en la que Miquel también anticipa sus próximas víctimas, las películas maniqueas centradas en la II Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Dará que hablar.

Desde el 8 y hasta el 18 de noviembre tuvo lugar en Valencia la V edición del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, un proyecto que tiene como objetivo dar visibilidad a un formato cinematográfico poco explotado como es el del mediometraje, con películas cuya duración oscila entre 30 y 60 minutos. Como decimos, este es todavía un campo casi inexplorado, a la sombra de los largometrajes y los cortometrajes, las dos opciones casi únicas que se nos vienen a la mente a la hora de pensar en cine.

Consciente de esa situación de desprotección del mediometraje en cuanto a producción, difusión y exhibición, Carlos Madrid tuvo hace algunos años la idea de crear un festival que diera cabida a estos productos, y se llamó La cabina en honor al inolvidable mediometraje que Antonio Mercero creó en 1972, y que aún hoy es una de las obras cumbres del cine español de género, con una historia conocida por todo el mundo (un hombre que, sin más explicación, queda atrapado en una cabina de teléfonos y cuya desesperación a nadie parece importar) y con una interpretación memorable de José Luis López Vázquez.

En el programa de Cine L'Atalante 1x02, Carlos Madrid nos hablaba de la V edición del festival pocas horas antes de la rueda de prensa de su inauguración, con los nervios propios de la inminencia de un evento que se lleva preparando durante todo un año. Ese día, Carlos nos contaba con orgullo el incremento de mediometrajes participantes, que había subido prácticamente un 100% hasta alcanzar más de doscientas películas, de las que poco más de una veintena serían seleccionadas para participar en la sección oficial. El festival La Cabina se ha ido consolidando como una de las citas de referencia para este tipo de formatos, y prueba de ello es la enorme variedad de procedencias de los mediometrajes participantes, llegados de todos los rincones del mundo. Y no sólo aumenta cada año la cantidad, sino también la calidad de las cintas e incluso el renombre de los directores que envían sus trabajos. Si en la IV edición participó un mediometraje firmado por Spike Jonze, en esta ocasión se pudo ver la película Un día en la galería, dirigida por el músico canadiense Neil Young, y que se presentaba fuera de concurso.

Ya más relajado después del frenesí del festival, Carlos Madrid nos volvió a visitar en el quinto programa para recapitular lo mejor de la V edición de La Cabina, en la que afortunadamente también hubo un incremento del público asistente a las proyecciones, que una vez más tuvieron lugar en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Con él pudimos charlar del palmarés del festival, cuyos premios estuvieron muy repartidos, y en el que el mediometraje ganador fue el taiwanés Sin retorno, dirigido por Shih Li. También nos habló de sus ideas de futuro para mejorar La Cabina, que pasan por introducir una sección exclusiva para películas de animación o por incluir mediometrajes clásicos, un sueño largamente perseguido por el propio Carlos Madrid.

Sea como fuere, el festival La Cabina, de cuya organización se encarga el Aula de Cinema de la Universitat de València, ha demostrado ser un certamen que crece año tras año, y que sin duda es la principal referencia a nivel internacional en lo que se refiere a mediometrajes, y que a buen seguro depara sorpresas interesantes para el año que viene.

*Aquí podéis consultar el palmarés completo de la V edición del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina

 Entre finales de noviembre y principios de diciembre el Aula de Cinema UV proyecta, en colaboración con el IHMC López Piñero, el ciclo Observando el universo. Como siempre, las colaboraciones entre el instituto y el Aula de Cinema se reflejan en ciclos de cine de tema médico o científico, con el doble objetivo de analizar las películas tanto por su vertiente fílmica como desde el punto de vista de su temática, que guarda relación con asuntos referentes a la ciencia.

En Observando el universo encontramos un acercamiento al análisis del cosmos desde una perspectiva amplia, no sólo centrada en la astronomía sino también en la observación del universo en su conjunto, desde lo más inabarcable a lo más pequeño, desde lo palpable a lo teórico. El ciclo se inició con Cartesius (Roberto Rossellini, 1974), uno de los films que el célebre director italiano dedicó, hacia el final de su carrera, a la divulgación de la historia y la ciencia. En esta ocasión, el protagonismo recae sobre el filósofo francés René Descartes, uno de los principales impulsores del método científico y de algún modo padre fundador de la ciencia y la filosofía modernas.

La siguiente sesión, de la que Priscila Del Águila nos habla en Cine L'Atalante 1x05, está dedicada a la película Einstein y Eddington (Einstein & Eddington, 2008). Saltamos ahora a principios del siglo XX, otro momento clave en la historia de la ciencia y la física, ya que es la época en la que tiene lugar la aparición de las teorías cuánticas y especialmente la teoría de la relatividad, con la que Albert Einstein reformuló por completo la visión de nuestro universo.

En el film, un producto para televisión (producido ex aequo por la americana HBO y la británica BBC) filmado por Philip Martin, se aborda la relación entre Einstein (Andy Serkis) y Arthur Eddington (David Tennant), un renombrado físico que es de los primeros en aceptar la revolucionaria teoría de Einstein. La película ofrece un acercamiento a las discusiones científicas del momento, pero también una visión íntima y personal de la relación entre los dos protagonistas en su marco histórico, en plena I Guerra Mundial. Otro de los alicientes de la cinta es la presencia de dos actores conocidos, uno de la pequeña pantalla como David Tennant (protagonista de la serie Doctor Who) y otro, Andy Serkis, cuyo rostro quizá es menos identificable pero que ha entrado en la historia del cine gracias a un personaje tan imprescindible y carismático como el Gollum de la trilogía de El señor de los anillos.

Einstein y Eddington se proyecta el jueves 29 de noviembre a las 18 horas en el Palau de Cerveró (plaza Cisneros, 4), sede del IHMC López Piñero. Entrada libre, gratuita y con presentación y coloquio. Y, por supuesto, seguiremos hablando del ciclo Observando el universo.

Esta semana se cierra el ciclo El western hacia el crepúsculo, que el Aula de Cinema de la UV ha proyectado todos los miércoles del mes de noviembre. La película encargada de clausurar el ciclo es Monte Walsh (Monty Walsh, 1970), un título bastante desconocido (como la mayoría de films que el Aula de Cinema ha escogido) pero que atesora las características fundamentales de lo que podemos entender como western crepuscular: presencia de unos personajes desubicados y casi anacrónicos, replanteamiento del concepto de bien y mal, reformulación de la figura del héroe y, en definitiva, la sensación de estar ante los últimos coletazos de una época que toca a su fin y sobre la que ya sólo cabe una mirada nostálgica.

El film está dirigido por William A. Fraker, un prestigioso director de fotografía que había filmado, entre otros, clásicos como La semilla del diablo (1968), Bullit (1968) o La leyenda de la ciudad sin nombre (1969), y que volvería a sus quehaceres habituales para firmar la fotografía de la spilbergiana 1941 (1979), Juegos de guerra (1983) o el western Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp (1993). Pero entre medias, Fraker dirigió tres películas, la primera (y la de mayor calidad) este Monte Walsh, a la que seguirían Un reflejo de miedo (1973) y La leyenda del Llanero Solitario (1981), junto con algunos capítulos de series de TV.

Uno de los puntos fuertes de Monte Walsh es el carisma de sus protagonistas, dos actores normalmente asociados a papeles de reparto como son Lee Marvin y Jack Palance, pero que en esta ocasión son protagonistas de la función acompañados por Jeanne Moreau, en una de las pocas apariciones de la actriz francesa en el cine de Hollywood. Marvin da vida al Monte Walsh del título, un cowboy venido a menos que va adquriendo conciencia de que sus mejores tiempos han pasado, aunque lo asume con naturalidad y hasta con ironía. La película es, por tanto, un acercamiento a un género que languidece, personificado en unos protagonistas que intentan mantener su último resquicio de dignidad ante un mundo en permanente evolución.

De la película hablamos en el quinto programa de Cine L'Atalante, de la mano de Amelia Falcó. Y la película se proyecta, como hemos comentado, el miércoles 28 de noviembre en el salón de grados (1º piso) de la facultad de Filología, Traducción y Comunicación de Valencia, a las 18 horas y como siempre con entrada libre, gratuita y con presentación y coloquio a cargo de Daniel Molina. Una buena manera de cerrar un ciclo donde se han proyectado auténticas joyas desconocidas de los últimos estertores de un género tan clásico como el western. Y pensando ya en el ciclo del mes de diciembre, del que os daremos buena cuenta proximamente.