Archive for febrero 2013

Al rescate: Diferente

Hacía tiempo que teníamos algo olvidada una de nuestras secciones preferidas, Al rescate. En ella intentamos hablar de aquellas películas olvidadas, maltratadas en su momento o que directamente duermen el sueño de los justos en alguna estantería polvorienta de un cinéfilo.

Todos estos requisitos podría cumplir una película como Diferente (1961), que desde su propio título indica que estamos ante una rara avis de la historia del cine español. Y es que Diferente es una auténtica rareza en cuanto a forma y contenido, una película que milagrosamente esquivó la censura franquista pero que ahora mismo es casi imposible de encontrar, y es necesaria una labor casi arqueológica para hacerse con una copia. Todos estos factores, sin embargo, la han acabado por convertir en uno de esos films con estatus de culto.

En nuestro programa 1x15 hemos tenido la suerte de contar con Santi Barrachina, gran conocedor de todas estas joyas ocultas gracias a su labor en la Videoteca del IVAC y que además presenta un más que interesante programa cultural todos los sábados por la tarde en Ràdio Klara  (104.4 FM) titulado Café con vistas. Un programa en el que, por cierto, Elisa Hernández y Héctor Gómez, compañeros de Cine L'Atalante, estuvieron invitados hace unos días para hablar de La noche más oscura. (Podéis escuchar el podcast de ese programa pinchando aquí)

Volviendo a la película que nos ocupa, Diferente es un melodrama musical dirigido por Luis María Delgado, pero cuya historia se la debemos al coreógrafo y bailarín argentino Alfredo Alaria, verdadero artífice del film y su protagonista principal. La película bebe de la tradición del musical americano contemporáneo (West Side Story sobretodo) y supone un hito casi único en la historia de este género en nuestro país. Además, el film trata de una manera sutil el tema de la homosexualidad, algo que creó polémica en su día pero que no le impidió superar la férrea censura de la época. Estamos, en definitiva, ante una película muy interesante por lo que supone en cuanto a ruptura con los clichés del cine español del momento, pero que más de medio siglo después de su realización ha quedado olvidada para casi todo el mundo, y que nosotros intentamos rescatar.




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Seriefilia: Rockefeller Plaza

El pasado 31 de enero finalizaba la séptima y última temporada de Rockefeller Plaza (30 Rock, 2006-2013), una de las series de TV mejor valoradas por la crítica y también por nuestra seriefila particular, Elisa Hernández. Con ella charlamos de esta serie en nuestro programa 1x15.

Creada por la gran Tina Fey (guionista de Saturday Night Live y una de las mejores cómicas del mundo, sin duda), la serie podría considerarse como una exageración de la propia vida de su creadora. Fey es Liz Lemon, una productora y guionista de un show de TV que tiene la difícil tarea de conseguir que su programa salga adelante a pesar de unos actores totalmente disfuncionales y malcriados, y al mismo tiempo debe mantener una vida social y familiar estable.

Rockefeller Plaza ha hecho gala durante todas sus temporadas de un humor muy autoreferencial (lo que fideliza todavía más a su audiencia) y muy relacionado con el mundo del showbiz americano, pero siempre manteniendo una línea cómica muy personal que la convierte en un producto único. La serie cuenta además con el aliciente de un reparto muy acertado en el que figuran Tracy Morgan, Jane Krakowski e incluso un Alec Baldwin demostrando que le encanta mostrar su faceta más desenfadada. Otro de los puntos fuertes de la serie han sido siempre los cameos, como por ejemplo los de Aaron Sorkin, Jerry Seinfeld, Steve Buscemi o Jon Hamm, o el hecho de que algunos episodios hayan sido grabado en directo ante público real.

Así que, ahora que la serie se ha cerrado definitivamente, es un buen momento para (re)descubrir Rockefeller Plaza como se merece: disfrutando de sus episodios uno detrás de otro.





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La comedia absurda patria: Amanece, que no es poco


Esta semana concluye el ciclo La comedia absurda, que el Aula de Cinema UV ha estado ofreciendo todos los miércoles de febrero en la facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Después de Sopa de ganso (1933), Aterriza como puedas (1980) y El sentido de la vida (1983) es el turno de Amanece, que no es poco (1988), el mejor exponente de humor absurdo de este lado de los Pirineos.

Con Amanece, que no es poco se alcanza el punto culminante del subgénero de la comedia surrealista española, un paso más en el camino trazado por la pareja Berlanga-Azcona en los años 60 y 70, y que José Luis Cuerda (Albacete, 1947) convierte en una síntesis total de lo mejor del género del humor patrio. Con influencias de la comedia costumbrista, la astracanada, el vodevil, el surrealismo y la escatología, Amanece, que no es poco es una sucesión de situaciones hilarantes en las que el absurdo y el sinsentido son los grandes protagonistas.

Es un film además que no deja títere con cabeza, haciendo humor de lo humano y lo divino, y reflejando además todos los estereotipos de la vida rural de la España profunda. No faltan el cura, la guardia civil, el ejército, el maestro de escuela, el alcalde, etc. Todos ellos ejemplos de esa España de charanga y pandereta a los que José Luis Cuerda ridiculiza por igual. En la película, formada por un reparto coral, podemos encontrar nombres como Antonio Resines, Luis Ciges, José Sazatornil, Manuel Alexandre, Enrique San Francisco o Gabino Diego, entre muchos otros.

En nuestro programa 1x15, nuestra compañera del Aula de Cinema UV Olga García invita a nuestros oyentes a acercarse este miércoles 27 de febrero a las 18 horas al salón de actos de la facultad de Filología para disfrutar de esta divertidísima comedia que pone el broche de oro a un ciclo en el que el humor más irreverente ha sido el hilo conductor de nuestra programación.






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Los hermanos Marx y la comedia absurda

En este recién estrenado mes de febrero, el Aula de Cinema de la Universitat de València dedica su programación en la facultad de Filología a la Comedia absurda. Con esto se pretende hacer un repaso por el género, necesariamente incompleto debido a la restricción de tiempo, pero que intenta ofrecer una visión lo más amplia posible -en cuanto a épocas y lugares- de cómo el cine se ha puesto al servicio de la risa del espectador. Desde el humor surrealista made in Britain de los Monty Phyton (El sentido de la vida, 1983) a la visión más absurda y cañí de Amanece, que no es poco (José Luis Cuerda, 1989), pasando por el interminable desfile de gags de la spoof movie por excelencia, Aterriza como puedas (1980).

Pero antes de eso, el ciclo da comienzo con Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933), que se proyectó el miércoles 6 de febrero en Filología. El film fue el último de los hermanos Marx con Paramount, antes de su flamante fichaje por Metro-Goldwyn-Mayer en la célebre Una noche en la ópera (1935). Los Marx ya habían realizado antes de Sopa de ganso algunas películas muy destacables, como Los cuatro cocos (1929), Pistoleros de agua dulce (1931) o Plumas de caballo (1932).

Con Sopa de ganso, los Marx llevan el conflicto político y diplomático entre dos potencias imaginarias (Freedonia y Sylvania, esta última un trasunto de la Italia de Mussolini) a su terreno de anarquía, caos y juegos verbales. Groucho Marx da vida a Rufus T. Firefly, el nuevo gobernante de Freedonia, y sus hermanos Harpo y Chico son dos espías de Sylvania encargados de buscar información para desestabilizarle. Lejos, sin embargo, de una trama sólida, el film se articula a través de los gags físicos y verbales de los hermanos, donde se combina la nostalgia por el slapstick (inolvidables las secuencias de los sombreros y la del falso espejo) y la verborrea sarcástica y ácida de un Groucho en estado de gracia.

Guillermo Rodríguez, encargado de presentar la película y moderar el coloquio posterior, nos habló de Sopa de ganso en nuestro programa 1x12. Recordamos también, como siempre, que las sesiones del Aula de Cinema son a las 18 horas, y totalmente libres y gratuitas.



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Samuel L. Jackson no se jubila

Tradicionalmente (aunque parece que ahora esto va a pasar a la historia), la edad de jubilación ha sido los 65 años. De ser así, Samuel L. Jackson (Washington D.C., 1948) abandonaría su carrera cinematográfica a finales de 2013. Pero nada más lejos de la realidad, porque el actor todavía funciona a pleno rendimiento. En este año lo veremos en el remake de la coreana Oldboy (2003) que dirige Spike Lee, y en el futuro también aparecerá en otro remake, en este caso el de RoboCop (1987), y en sucesivas secuelas de la franquicia de Marvel Los vengadores.

Es decir, que Samuel L. (de Leroy) Jackson no piensa en otra cosa que no sea trabajar en la gran pantalla. En nuestro programa 1x12, Amelia Falcó y Mabuse dedican su sección Se cumplen a repasar la filmografía de este actor imprescindible. Desde su debut a principios de los años 70 ha participado en casi 150 películas, la mayoría de ellas en papeles secundarios pero tremendamente carismáticos. Lo recordamos, por ejemplo, en Haz lo que debas (1989), Parque jurásico (1993), Esfera (1998) o junto a Bruce Willis en Jungla de cristal. La venganza (1995) y El protegido (2000). Eso por no hablar de su ansiada (aunque testimonial) participación en la segunda trilogía de Star Wars (1999-2005) que, entre otras cosas, le ha convertido en el actor más taquillero de la historia, que no es poco.

Pero si hay un director asociado a la carrera de Samuel L. Jackson ese es, sin duda, Quentin Tarantino. Samuel es uno de los actores fetiche del realizador de Knoxville, desde que debutara en Pulp Fiction (1994, su papel más recordado) y repitiera posteriormente en Jackie Brown (1997) y sus cameos en Kill Bill. Volumen 2 (2003) y Malditos bastardos (2008), hasta que ha vuelto a tener un papel destacado en la reciente Django desencadenado (2012).

Sin duda, Samuel L. Jackson es uno de los actores más carismáticos del Hollywood actual, capaz de brillar tanto en papeles cómicos como en cintas de acción. Uno de esos intérpretes que se convierte en seguro de rentabilidad para las películas en las que participa. Y que todavía tiene cuerda para rato.



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Buscando a Mark Hamill



Seguramente, si tomásemos como referencia el tiempo que va desde 1977 hasta 1983, no habría actor en todo el mundo más popular que Mark Hamill. Son los años que transcurrieron desde el estreno de Star Wars (1977) hasta El retorno del Jedi (1983), pasando -claro está- por El imperio contraataca (1980). Es decir, las películas originales de la trilogía creada por George Lucas, tal vez (y con el permiso de tolkienianos y harrypotterenses) la saga cinematográfica más importante de la historia.

En estos films, Hamill daba vida a Luke Skywalker, el héroe enfrentado al Imperio y al malvado Darth Vader, quien, en ese giro shakesperiano tantas veces recordado, se descubría como su propio padre. Luke Skywalker era, por tanto, la personificación del Bien enfrentado al Mal, y el propio Hamill, con su pinta de chico bueno y sin dobleces, le confería ese aspecto inmaculado que le otorgaría la fama ad aeterno.

Pero como bien se encargan de repetir Yoda, Obi Wan Kenobi y todo sabio de cualquier rincón de la galaxia, toda fuerza tiene su Lado Oscuro, y Mark Hamill también ha sucumbido a él, de la forma más cruel posible. Su enorme popularidad como Luke Skywalker le impidió desprenderse del personaje, y el bueno de Mark no ha vuelto a brillar en el cine como hiciera en esas películas. Sus apariciones en celuloide su cuentan con los dedos de la mano, y nunca en papeles que se puedan recordar sin rubor (salvo, quizás, en Jay y Bob el Silencioso contraatacan, ese guiño de un friki como Kevin Smith en el que también aparecía otro juguete roto galáctico como Carrie Fisher), y ha sido en la televisión y prestando su voz en dibujos animados, videojuegos y documentales donde principalmente ha desarrollado su labor interpretativa.

Con sesenta años ya cumplidos, Mark Hamill seguirá siendo Luke Skywalker para los restos, y seguirá paseando palmito por convenciones de Star Wars donde los fans nostálgicos seguirán haciendo cola por hacerse una foto con el mito. Pero el Mark Hamill actor está perdido para siempre, y por eso nuestro Cazarrecompensas particular le rinde un pequeño tributo en su sección del programa 1x12.

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